jueves, 14 de enero de 2010

¡Los escáneres ya están aquí!

El titular escrito por un "negro" español del Imperio (EL PAÍS, 14 de enero de 2010) dice así: "España considera "inevitables" los escáneres de cuerpo completo en los aeropuertos".

¡Lo que cunde el pringado nigeriano! Sus calzoncillos embadurnados de explosivos empiezan a ocasionar los efectos buscados. Desde que los guionistas del Imperio nos contaron que se había abortado un ataque terrorista (de Al Qaeda, palabra de Dios) en un avión con destino a Detroit no ha vuelto a ocurrir ningún percance similar, ningún avión ha saltado por los aires, nada de nada, los aviones occidentales surcan los cielos con normalidad, despegan, aterrizan, etcétea. Sin embargo, y a pesar de que no haya explotado ningún avión en pleno vuelo, sí que hay ondas expansivas de esas explosiones "non natas", metralla mediática que ha terminado por convencer a los excepticos. Primero fue Holanda, la cuna de Gran Hermano; después Reino Unido, la cuna de Mr. Bean; y ahora España, la cuna del jamón.

Lo de los "negros" es para flipar. En el titular, España (eso de convertir a los Estados en sujetos de los titulares me deja perturbado siempre) se considera un sujeto activo que ve "inevitables" la instalación de escáneres en los aeropuertos, como si fuera algo de causa mayor, para que luego nos pidan el voto cada cuatro años y que ahora, en este tema, nos digan: "no depende de mí, es inevitable, ¿sabes?".

Algo parecido ocurre con la crisis económica..., como es mundial cada gobierno ha dicho a sus ciudadanos-votantes que no pueden hacer casi nada. Yo me pregunto... ¿en qué son competentes los gobiernos de cada Estado?

Quizás los gobiernos solo sirvan para matizar. El subtítulo de la misma información dice así:

El ministro Blanco matiza que se deberá garantizar "con toda claridad el derecho a la intimidad, es decir, que las imágenes se destruyan automáticamente"

Está claro, ¿no? La clase política debería informar a la opinión pública que cada cuatro años se vota a un Parlamento que decide a un Presidente que a su vez elije a unos ministros que servirán,sobre todo, para matizar las medidas que se tengan que llevar a cabo "inevitablemente". De esta manera, los ministros pasarían a llamarse matizadores; el Presidente del Gobierno, coordinador de matizadores o primer matizador; y al Parlamento, igual, porque se seguiría parlamentando. Aunque fueran matizaciones, se seguirían propagando por vía oral y verbal.

Qué humor el del matizador de Fomento, Pepe Blanco, que las imágenes se destruyan automáticamente, dice el cabrón.

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