sábado, 1 de diciembre de 2012

Arrastrados

Fran Vega es uno de mis amigos de Facebook. Tiene varias colecciones de fotografías antiguas [que inevitablemente rezuman el espíritu del tiempo presente] que llevan por título Diario de un hombre ridículo, Oficios del futuroNitrato de plata. Cada fotografía incluye un comentario. Hoy quiero compartir con vosotros una de las fotografías de Nitrato de plata, que lleva por título "Arrastrados". Es del 10 de octubre, pero más vigente que nunca después de que ayer mismo el Ejecutivo de Rajoy decidiera no compensar a los pensionistas con la subida del IPC. Os dejo con "Arrastrados": comentario más fotografía. Este es el panorama (by Fran Vega):

A medida que el tiempo avanza y la crisis se consolida como un estado natural de las cosas, transformada cada día en nuevo embuste y otro engaño con los que calmar a la mayoría silenciosa, resulta más evidente quiénes son las víctimas elegidas por los gobernadores (aquellos que hace tiempo perdieron su condición de gobernantes) para que padezcan todas las conse
cuencias del fango de cloaca que ellos mismos nos trajeron. Es sabido ya que políticos y banqueros, con sus tropelías e ignorancia, han originado un desastre transnacional que están aprovechando para dar un giro ideológico a todo aquello que hasta ahora era conocido. Y es sabido también que las clases menos pudientes son ya las responsables de solucionarlo mediante la neoevangelización a la que asistimos y que se manifiesta en grasientas expresiones dirigidas a estimular esfuerzos y sacrificios, como si la vida de un trabajador medio no estuviera ya repleta de ellos sin necesidad de ajustes y recortes.


Pero de todos los colectivos afectados por esta descomunal estafa, el de los pensionistas es quizá, junto al de los desempleados, el más sangrante. Sus ingresos se congelan o no se revalorizan por decisión de quienes cobran varios miles de euros al mes, su poder adquisitivo retrocede mediante subidas de impuestos y copagos de diversa especie y su vida se empobrece al ser en muchos casos los poseedores del único ingreso familiar.

Llama poderosamente la atención que la organización de malhechores que nos gobierna se cebe en uno de los grupos de población más frágiles, pero aún más que lo humille hasta la exasperación exigiéndole lo que sobradamente dieron. Es difícil de entender que estos majaderos y holgazanes pidan más a quienes trabajaron durante cuatro o cinco décadas para sobrevivir, mantener una familia y ayudar a levantar empresas públicas o privadas. Es incomprensible que tengan la desfachatez de rebañar en sus platos cuando en muchos casos apenas pueden llenarlos. Y es irritante que estas gentes que dicen proceder de la tradición cristiana arañen en los monederos de quienes casi no pueden cubrir sus gastos.

La perversión y la maldad que anidan en esta crisis cabalgan a sus anchas y sin límites y echan a los pies de los caballos a los más desfavorecidos para que sus autores y coautores sigan ingresando dos o tres salarios al mismo tiempo, más bonus, dietas, complementos y otras lindezas capaces de sonrojar a cualquiera que conserve un miligramo de ética en su cabeza. Y no se conforman con enriquecerse de la manera más grosera posible, sino que empobrecen todavía más a quienes ya estaban en el umbral de la pobreza. Hemos conocido políticos con poca o ninguna vergüenza, pero lo de estas tropas rompe cualquier barrera existente hasta ahora.


Así las cosas, el horizonte de los pensionistas no es sino el arrastre motivado por el robo de lo que durante años dieron al estado. Y no olvidemos que los pensionistas de hoy cobran en función de unos salarios que ya tampoco existen, por lo que los pensionistas de mañana apenas recibirán, recibiremos, un puñado de monedas como toda devolución de nuestros pagos: adiós a los ingresos dignos y merecidos y adiós a la debida atención social y sanitaria.

Nuestro país se acerca a los nueve millones de personas que cobran una pensión: nueve millones de votos con los que cualquier partido conseguiría inclinar la balanza electoral a su favor y nueve millones de voces que ningún político lograría enmudecer. Sumemos las nuestras a las de ellos, pues no sólo es su presente, sino también nuestro futuro.


2 comentarios:

India dijo...

Fran Vega... es duro lo que describe, lo es y además es. Él tiene esa capacidad de deleitarte, que te emocione leerle, y entender la dureza de las cosas que dice... pero con un sentimiento de calma, justo el necesario para comprender... es opinión personal, eh? que le leo y hasta imagino una voz que no le conozco, pero que es suave hasta cuando redacta vehemente...
Es genial que lo hayas traído para acá, Kez... vida más allá del facebook...
Está genial compartir cuando se conoce a gente con tan buen hacer, que explican lo contundente con contundencia y te lo hacen con la elegancia de Fran.
Atxutxones

Kez dijo...

Menudo bicho, el Fran. Atxutxones,

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